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Jugar al balonmano supone practicar un deporte de contacto muy duro que exige sobreesfuerzo de un lado del cuerpo y movimientos explosivos. Debido a estas características del juego, además de otros factores, es frecuente acabar lesionado durante un partido. Como en otros deportes, y aunque se espera que exista un juego limpio, no siempre es así.

Antes de mencionar las lesiones más habituales, es preciso destacar que algunas resultan más agudas que otras y suelen producirse durante un partido. Otras quizás aparecen como consecuencia del sobreuso de extremidades tras años de práctica. Conocer cómo se producen estas lesiones, ayudará a prevenirlas.

Lesiones que más afectan a los jugadores de balonmano

Las lesiones en cualquier práctica deportiva, en especial las de balonmano, afectan significativamente el desarrollo profesional de un atleta. Sufrir algún tipo de daño o limitación por practicar este deporte será contraproducente en todos los sentidos. Pero implica un desafío mayor en el caso de los que aspiran a estudiar en universidades de Estados Unidos.

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Como ya se ha mencionado, el balonmano es un deporte que requiere realizar cambios bruscos de dirección, saltos y flexiones que someten a prueba las articulaciones. Estos movimientos crean mayor tensión en las rodillas. Por ello es más frecuente en los jugadores de balonmano las lesiones de ligamentos de rodilla y de menisco.

Los tobillos también sufren por razones parecidas. Como sucede en el baloncesto, son más habituales los esguinces de tobillo, algunos de menor grado, otros de mayor gravedad. De ahí la importancia de utilizar calzado adecuado y seguir una estricta rutina de calentamiento para evitar lesiones de tobillos.

Si bien estas lesiones del balonmano son comunes, las más clásicas ocurren en la extremidad superior, asociadas con el característico lanzamiento el balón de este deporte. El latigazo que se produce en momentos determinados del partido deriva en lesiones muy agudas o crónicas, consecuencia del sobreesfuerzo que acumulan por años muchos jugadores experimentados.

En el caso de los porteros, las lesiones que sufren están más relacionadas con los codos. Esto se debe a la hiperextensión que deben realizar para detener los disparos de los adversarios. En cambio, los demás jugadores de balonmano son propensos a manifestar problemas en el hombro, extremidad que soporta los constantes bloqueos defensivos.

Además de estas complicaciones, también ocurren casos de luxaciones, lesiones en el manguito rotador, así como limitación en la rotación interna del hombro, una incapacidad propia de los deportes de lanzamiento. Las muñecas sufren asimismo durante el juego del balonmano, aunque es más bien por las posibles caídas que por gestos técnicos incorrectos o acciones explosivas.

Recomendaciones para evitar las lesiones del balonmano

Prevenir estas lesiones, entre otras, es imprescindible obtener el máximo rendimiento en cualquier disciplina deportiva. Por eso es fundamental entender que muchas de las lesiones del balonmano, se producen casi siempre por un movimiento brusco del jugador, y no por los contactos que ocurren durante el juego.

Por tanto, la primera línea de defensa contra las lesiones es perfeccionar la mecánica de juego, a fin de minimizar el daño que sufre una extremidad por miles y miles de acciones repetitivas. Así que para evitar problemas futuros es primordial trabajar el aspecto técnico del juego en todo momento.

Otra acción importante para disminuir lesiones en el hombro, por ejemplo, es lograr un correcto equilibrio entre los grupos musculares implicados en el gesto técnico del juego. En ocasiones, los daños crónicos son indicativo de cierta falta de equilibrio, que deben ser reforzadas por sesiones personalizadas de ejercicios recomendados por un profesional cualificado en la materia.

Lo correcto en estos casos es trabajar las rotaciones externa e interna del hombro mediante gomas ajustadas a cada situación. En estas rutinas se deben incluir también las extremidades inferiores: realizar algunos ejercicios propioceptivos de rodilla y potenciar cuádriceps ayuda a estabilizar las articulaciones y hacerlas más fuertes.

A veces, es posible que un profesional recomiende utilizar vendaje en los dedos para reducir el impacto sobre la zona afectada por algún incidente anterior. ¿Qué otra precaución se debe seguir? Desde luego: el calentamiento inicial y el estiramiento posterior.

Durante la fase de calentamiento hay que incluir gestos propios del juego: carreras con cambios de dirección y con desplazamiento lateral, prestando especial atención a la acción de lanzar y los hombros. Con respecto a los estiramientos, el objetivo es restituir la relajación de la musculatura. Hay que dedicar el tiempo necesario, sin olvidar las zonas más afectadas por la actividad.

Toda ayuda disponible para evitar lesiones es importante. Por eso algunos profesionales indican como tratamiento alternativo el uso de cremas musculares durante cualquier fase del entrenamiento o del partido de balonmano. Gracias a estos geles, el calentamiento es más eficaz, las molestias son mínimas y la recuperación más rápida.

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