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Si compites en ambientes con altas temperaturas o elevado grado de humedad, de seguro tu rendimiento deportivo disminuirá. En general, el organismo de un individuo funciona a la perfección entre los 36,5-36,9 grados de temperatura o 6,3 grados por encima de lo normal. Además, el ejercicio muscular con frecuencia genera más calor.

Para contrarrestar cualquier exceso, el organismo activa su propio sistema termorregulador. Por supuesto, si la humedad es alta, el aire simplemente no puede absorber de forma eficiente el sudor, incrementando aún más la temperatura corporal y ocasionando calambres, cansancio e incluso hasta un posible golpe de calor.

Factores a considerar para mejorar el rendimiento deportivo

Las características de algunos deportes, a menudo exigen que estos se desarrollen en ambientes con condiciones pocos idóneas para la actividad física, por ejemplo, elevada humedad, exceso de calor, altas o bajas presiones, frío, déficit de oxígeno, entre otras.

En situaciones como estas hay que considerar dos factores fundamentales. Por una parte, la aclimatación, esencial para acostumbrar o adaptar al organismo para competiciones en circunstancias extremas. Y, por otra parte, la hidratación para ayudar al cuerpo a evitar o compensar el agotamiento y eliminar posibles lesiones.

Si aprendes a termorregular de esta forma el organismo, estarás mejor preparado para competir en cualesquiera deportes que quieras practicar. Claro, llegar a lo más alto de la elite mundial deportiva implica más que conocer técnicas de aclimatación e hidratación. Precisa estudiar una carrera universitaria que garantice un futuro prometedor.

En este sentido, nada mejor que optar a una beca de estudio universitaria que impulse tu futuro al máximo nivel. Si quieres saber más sobre las becas deportivas en USA, Decoasports es la empresa ideal para ir a EEUU con una beca deportiva en las más reconocidas universidades. ¿A qué esperas?

Aclimatar e hidratar el organismo de forma correcta es incluso importante a nivel profesional. Por eso, si desde ahora aprendes todo lo que implica regular el aumento de la temperatura corporal aun en circunstancias ambientales elevadas, no sólo tendrás un mayor rendimiento deportivo, sino que también serás más competitivo.

Si bien tu organismo puede soportar temperaturas elevadas, en ambientes extremos, esta puede aumentar 0,4 grados cada 5 minutos. De ahí que sea esencial que realices también una correcta hidratación o, de lo contrario, tu cuerpo se resentirá y te pasará factura. A continuación, algunas recomendaciones útiles al respecto.

Qué implica una correcta aclimatación e hidratación

Conlleva un proceso de adaptación de los sistemas de tu organismo según el esfuerzo y el ambiente donde vas a realizar determinada actividad física. Para lograr este nivel de exigencia en condiciones extremas, es necesario que trabajes esta técnica deportiva desde el calentamiento hasta la misma competición.

El objetivo principal a la hora de aclimatarse, por ejemplo, al calor, es disminuir la tensión fisiológica asociada al ejercicio, aumentar el flujo sanguíneo y el nivel de sudoración a fin de eliminar cualquier exceso de calor por radiación.

Una buena aclimatación se lleva a cabo durante una o dos semanas, aunque las mejores adaptaciones se producen en la primera semana. Si quieres resultados óptimos no sobrepases los 60 minutos de entrenamiento. Esfuérzate al máximo por adaptarte a diferentes ambientes: húmedo, seco, baja presión, etc.

Aparte de trabajar una buena aclimatación es importante que mantengas una correcta hidratación, ya que así podrás equilibrar durante el ejercicio los fluidos y electrolitos necesarios para alcanzar el máximo rendimiento deportivo.

Esta variación estimula a los riñones a eliminar sodio, disminuir la elaboración de orina o producirla más concentrada, evidente señal de deshidratación. Sin embargo, con buenas estrategias de hidratación antes, durante o después de la actividad física, puedes compensar cualquier pérdida de fluidos.

Estas recomendaciones pueden serte de mucha ayuda:

  • Procura beber fluidos sin tener sensación de sed para evitar entrar en un estado de infra-hidratación.
  • Presta atención a tu estado de hidratación observando aspectos claves como el color y volumen de la orina.
  • Consume antes del ejercicio fluidos superiores a 0,5 L, seguido de pequeñas dosis cada 10-15 minutos.
  • Si el ejercicio supera la hora, conviene que ingieras, en vez de agua, bebidas de reposición que contengan hidratos de carbono.
  • No te sobrehidrates.
  • Evita consumir bebidas o alimentos con impacto diurético.
  • Durante el ejercicio puedes ingerir bebidas de reposición en vez de solo agua, lo que sin duda mejorará tu rendimiento.
  • Elige fluidos que contengan en su composición diferentes tipos de carbohidratos.
  • Después del ejercicio es importante asimismo que te hidrates correctamente. Los fluidos que ingieras deben superar el 100% peso perdido.
  • Durante esta fase debes consumir nuevamente bebidas con sodio y carbohidratos.
  • No consumas diuréticos.
  • Complementa toda esta estrategia de hidratación con sesiones de enfriamiento post-ejercicio.

La combinación de estas técnicas contribuye a mejorar la aclimatación y el enfriamiento que necesitas para el ejercicio. Diferentes estudios confirman que estos métodos ofrecen ventajas en ejercicios de carácter sostenido como las carreras de media o larga distancia, pero no en aquellos que requieren esfuerzos más explosivos como lanzamientos, saltos o carreras de velocidad.

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