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Para practicar deportes, en especial fútbol, es indispensable que mantengas los tendones de aquiles bien recuperados. Sobre todo, si has padecido recientemente una tendinitis aquilea.

Es importante que esta área del cuerpo esté fuerte para que puedas desarrollar todo tu potencial durante los entrenamientos. Se trata de una lesión bastante común, inclusive en jugadores profesionales. Cuando esto ocurre, suelen ausentarse por un tiempo relativo, pero siempre vuelven al campo tras su recuperación.

Una tendinitis aquilea limitará tus funciones deportivas. No obstante, si le prestas la debida atención y sigues las recomendaciones sugeridas, podrás volver exitosamente a tus prácticas.

 

Indice de contenido

¿Qué se recomienda para la recuperación de la tendinitis aquilea?

Más allá de haber un traumatismo físico, también existe una afectación emocional en muchos jóvenes que cumplen compromisos deportivos.

Por ejemplo, un joven que tiene una beca de fútbol en Estados Unidos puede tener episodios de estrés por sufrir este tipo de lesión. Por esta razón, el afectado debe ser tratado cuidadosamente para no alterar su estabilidad psicológica.

Dicho lo anterior, te recomendamos poner en práctica los siguientes consejos para abordar la tendinitis aquilea y conseguir un alivio más rápido:

  1. Hielo: Colócate constantemente compresas de agua fría o hielo para desinflamar. Este es un método terapéutico que consigue disminuir tanto el flujo sanguíneo como la temperatura de los tejidos afectados.
  2. Reposo: Deberás abandonar las prácticas de fútbol. Mantén la zona inmovilizada y evita a toda costa afincar el pie. Eleva ligeramente la pierna durante el descanso para bajar cualquier hinchazón.
  3. Masaje: Masajea los músculos que estén cercanos, incluyendo los de la rodilla y la cadera. De esta manera, podrás relajar otras áreas que se encuentren involucradas.
  4. Mantén la calma: No te desesperes ni preocupes más de la cuenta. Recuerda que la tendinitis en la mayoría de los casos mejora por sí sola con tratamientos sencillos.
  5. Apoyo médico: Deberás acudir a un médico especialista quien podrá determinar la gravedad evaluando si existen otras complicaciones. De esto dependerá el tipo de tratamiento que deberás cumplir.

 

¿Cómo reconocer una tendinitis aquilea?

Una tendinitis aquílea ocurre cuando hay una sobrecarga que lesiona el tejido que conecta los músculos de las pantorrillas con el hueso del talón. Como consecuencia, se produce la inflamación en el tendón de aquiles.

Suele afectar principalmente a deportistas y corredores por involucrar movimientos bruscos de forma repentina. También son propensas aquellas personas de mediana edad que ocasionalmente realizan alguna disciplina que implica saltos, como el baloncesto, el tenis o el fútbol.

Puedes reconocer que existe una tendinitis aquilea cuando el dolor en esta zona se vuelve persistente tras haber realizado ejercicio. Aunque suele empezar con una molestia leve, puede ir acentuándose. Ten cuidado de no confundir esta condición con otro tipo de patología como desgarre de tendón.

Si como joven estás atravesando por una tendinitis aquilea, sigue las recomendaciones de tu médico y muéstrate siempre optimista. Este padecimiento es breve y no será impedimento para que continúes luchando por tus objetivos deportivos. Para esto te recomendamos apoyarte en Decoasports quienes pueden impulsarte y hacer tus sueños realidad en el extranjero.

¿Cómo prevenir una tendinitis aquilea en el fútbol?

Se pueden tomar algunas precauciones para evitar una tendinitis del aquileo durante el desarrollo de actividades futbolísticas:

  • Gradúa la exigencia de tus entrenamientos: Para ello, ajusta poco a poco los niveles de intensidad. Si eres principiante, empieza tu rutina de ejercicios lentamente para que los músculos y tendones se vayan ajustando. Con el paso de los días puedes ir incrementando el nivel de exigencia y extender su duración.
  • Evita sobrecargarte: No ejecutes actividades donde tus tendones tengan que exponerse a un esfuerzo excesivo. Deberás reconocer tus propios límites y suspender el ejercicio si notas que te produce dolor.
  • Utiliza el calzado correspondiente: Se recomienda usar un calzado especial según el tipo de actividad deportiva que se desarrolle. Este debe aportar comodidad y amortiguamiento para todo el pie.

Es importante que este te quede a medida, ni grande ni apretado. Ambos escenarios acarrean dificultad para una pisada firme y confiable. Igualmente, te aconsejamos cambiar tus zapatillas si presentan desgastes. Una suela lisa es sinónimo de peligro porque contribuye a caídas y resbalones.

  • Realiza siempre calentamientos: Nunca te saltes la serie de calentamientos antes de empezar tu entrenamiento y también al finalizarlo. Aunque puede tomarte más tiempo, es preferible realizarlos para que tus músculos puedan adaptarse a las exigencias de tus prácticas.

También te sugerimos que realices estiramientos matutinos donde involucres las pantorrillas, el tendón de Aquiles y los tobillos. Además, con esta rutina podrás desarrollar una mejor flexibilidad alrededor de los tejidos que lo conforman.

  • Practica ejercicios adicionales: A través de ejercicios excéntricos se puede alcanzar un fortalecimiento del sóleo y los gemelos. Una técnica para esto es mantener tus pies firmes en el suelo y echar el cuerpo hacia adelante tratando de mantener la posición.