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El nado de espalda es un estilo complicado para muchos atletas de natación. Incluso, pueden aparecer errores en la técnica después de dominar el movimiento. Los errores pueden ser muchos: Desde descuidar la posición de la cabeza hasta nadar con los hombros planos sobre el agua.

Este tipo de errores generan menos velocidad, lesiones y retrasos significativos en los entrenamientos. Lo más recomendable es aprender a identificarlos, realizar ejercicios de corrección y contar con ayuda profesional para perfeccionar la técnica (Sobre todo, si esperas convertirte en nadador de alto rendimiento).

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¿Por qué el estilo espalda resulta particularmente difícil para algunos nadadores?

El estilo espalda es más difícil para los nadadores

El nado de espalda es el único estilo de natación en el que se nada boca arriba, con la cara siempre fuera del agua. Por eso, es el estilo que se busca perfeccionar primero en muchas escuelas de entrenamiento. No obstante, por su peculiaridad técnica puede crear unos cuantos problemas (más que otros estilos en este deporte).

Un mínimo error en la técnica de nado afecta toda la ejecución de los movimientos. Este estilo se trata de realizar movimientos armoniosos y sincronizados de brazos, hombros, caderas y abdomen entre sí. Además, se debe realizar una buena brazada cuidando la posición cabeza y en la trayectoria de los brazos. Hacerlo mal incluso puede generar dolores y lesiones.

Son muchas las razones por las que es necesario conocer los errores comunes a la hora de nadar en estilo espalda, ya sea porque estás empezando a entrenar o quieres participar por una beca de natación para Estados Unidos. Ten en cuenta estos consejos y mejora tu estilo de espalda como un profesional.

Evita nadar con los hombros planos sobre el agua

Un error común en los nadadores de espalda principiantes es el de mantener los hombros planos sobre el agua. Esto los sobrecarga de estrés y fatiga e incluso puede provocar lesiones como tendinitis. Además, esta forma de nado plano no es tan efectiva como una que tenga una buena rotación de hombros, ya que atrapa y empuja mucha menos agua.

Existen distintas formas de solucionarlo según el estado físico del atleta. Una de ellas es girar las caderas y los hombros al mismo tiempo, exagerando un poco el movimiento. Lo puedes practicar apoyándote en una pared, con los brazos a los costados y girando el cuerpo de lado a lado hasta que el hombro casi toque la barbilla. Asegúrate de mantener la cabeza inmóvil.

Debes cuidar la posición de la cabeza 

Cuidado con la posición de la cabeza

La posición de tu cabeza debe estar correctamente alineada con la columna, sin levantarla del agua, manteniendo la barbilla lo más alejada posible del pecho. En efecto, mantener la cabeza más alta respecto al resto del cuerpo afecta la respiración, ya que compromete los músculos del cuello y afecta la técnica de la patada.

Cuando esto ocurre, las caderas tienden a hundirse y de forma involuntaria cometerás el error de romper la patada para encontrar el equilibrio en el agua.

Si quieres evitarlo, puedes realizar ejercicios para mejorar la posición de la cabeza. Por ejemplo, usar una botella de plástico con agua hasta la mitad y colocarla en tu frente mientras nadas. El objetivo del ejercicio es nadar sin dejar caer la botella.

No dobles las rodillas 

Otro problema común es el de las rodillas dobladas. Algo que lo caracteriza es que es difícil de identificar y puedes estarlo cometiendo desde hace mucho. No obstante, con una observación cuidadosa podrás notarlo, ya que una patada con la rodilla doblada no es tan rápida y genera arrastre en el agua. Esto puede afectar significativamente tu velocidad y resistencia.

Para solucionarlo, debes confiar en la práctica. Una vez en el agua, tienes que mantener las piernas lo más rectas posible, empezando a moverlas no desde la rodilla sino desde la cadera. Otro truco es nadar boca arriba con los brazos sujetando una tabla por encima de las rodillas, con el objetivo de no tocarla. Asegúrate de mantener las rodillas apuntando hacia arriba.

Cuidado con la rotación de los brazos 

la rotación de los brazos

La trayectoria que siguen los brazos durante la fase de recuperación es muy importante. Si llevas una trayectoria que sea demasiado estrecha con respecto al eje del cuerpo, provocará que tu mano entre en el agua de forma incorrecta. Disminuirá la eficacia del agarre y generará una descomposición de la estructura en todo tu cuerpo.

En efecto, este error común en el estilo espalda crea una rotación incorrecta de los hombros. Afectará el balanceo y aumentará las probabilidades de inflamación y desgaste.

 

Como puedes ver, son varios los aspectos que debes vigilar en el momento de nadar en estilo espalda. Lo más recomendable es que cuentes con ayuda de una persona conocedora, o entrenador profesional para que puedas avanzar en el nado.