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Si practicas natación, es probable que en algún momento pases por la desagradable experiencia de afrontar un calambre mientras estás en el agua o fuera de ella. Por supuesto, puedes prevenirlos siguiendo algunas valiosas recomendaciones que te indicaremos.

Es probable que conozcas el dolor y las dificultades que los calambres acarrean al aparecer repentinamente. Por suerte, no suelen durar mucho tiempo. Para ello, también tenemos varios consejos que ayudarán a reponerte más rápida y favorablemente.  

Entérate de cómo puedes mantener el control durante estas situaciones para que como nadador continúes demostrando tus mejores destrezas.

¿Qué hacer si se produce un calambre durante la natación?

Para reconocer un calambre deberás saber que estos se producen mediante contracciones involuntarias en el músculo. Así mismo, generan distintos niveles de dolor, dependiendo de su intensidad. 

En nadadores, suelen afectar diferentes partes del cuerpo, principalmente los miembros inferiores. Entre las zonas más afectadas comúnmente se encuentran las pantorrillas, los muslos o los pies.

Cuando presentes un calambre estando fuera del agua, la sugerencia es aplicar masajes. La finalidad es activar la circulación sanguínea y ayudar a que el músculo se suelte. Muchas veces, ponerse de pie y mantener una pisada firme también colaborará a que la contracción ceda.

En caso de que los espasmos se originen mientras nadas, deberás actuar con rapidez apenas sientas que empiece a formarse la contracción. Recuerda que se desconoce el nivel de intensidad que alcanzará, por lo que actuar rápido te dará una ventaja para volver a tiempo al suelo. También puedes intentar nadar de espalda o hacer leves estiramientos si el dolor no te permite avanzar.

Si eres consciente de que un calambre no te impedirá luchar por tus metas, anímate a pensar sobre los beneficios que te traería una beca de natación en USA. Esta es una opción que como joven estudiante puedas aprovechar para desarrollar ampliamente tus potenciales.

¿Cómo prevenir un calambre practicando natación?

Ten en cuenta los siguientes aspectos que te ayudarán a evitar calambres durante tus prácticas de natación:

  1. Mantén la hidratación correcta: Tomar suficiente agua durante el día estabilizará tu presión sanguínea y devolverá al organismo los fluidos perdidos. Lo ideal es tomar entre 2 y 2.5 litros de agua diario.
  2. Realiza estiramientos: Incluir ejercicios de estiramiento, por lo menos dos veces al día, favorecerá tu flexibilidad. Puedes realizarlos en las mañanas y antes de acostarte.
  3. No te saltes los calentamientos: No dejes de realizar tu serie de calentamientos antes y después de la actividad. Esta sugerencia es clave para que las áreas de tu cuerpo se preparen ante las exigencias que requerirá el entrenamiento.
  4. Aliméntate adecuadamente: Se ha demostrado que los alimentos ricos en potasio ayudan a reducir la producción de calambres. Por ello, aumenta el consumo de este y otros minerales en tu dieta diaria.
  5. Ajusta los niveles de intensidad: Debes ir graduando tu nivel de exigencia poco a poco. Si te sobrecargas, sólo conseguirás que tus músculos se fatiguen.
  6. Cuidado con la temperatura del agua: El agua muy fría o los cambios de temperatura bruscos pueden desatar espasmos. Dependiendo del lugar y la ocasión, es posible que sea necesario que utilices un traje térmico.

Con estos consejos podrás prevenir calambres como lo haría un profesional de la natación. Conoce las propuestas que decoasports.com puede ofrecerte si quieres ampliar tus perspectivas futuras como atleta.

¿Por qué se producen los calambres practicando natación?

Hasta el momento no se conoce con exactitud cuál es la causa de estos espasmos repentinos. Hay expertos que aseguran que la deshidratación es el principal responsable. Sin embargo, se conocen otros factores que pueden intervenir. Algunos de estos son los siguientes:

  • Mala circulación sanguínea: La circulación inadecuada de la sangre puede desencadenar calambres o dolores semejantes. Esto se debe a que las arterias se contraen o se vuelven angostas impidiendo el libre paso del tránsito sanguíneo.
  • Deficiencia de minerales: Una dieta inadecuada conlleva a carencias de minerales necesarios para la función regular de músculos y tendones. Los minerales involucrados son el magnesio, el potasio y el calcio.
  • Movimientos brucos: Los impulsos violentos que realices también tendrán su incidencia en las contracciones musculares. También someterlos a gran tensión, fuera de la intensidad a los que están acostumbrados, los acercará a estos espasmos.
  • La edad: Las personas mayores suelen ser víctimas de esta afección, por las condiciones de desgaste en la masa muscular que se van produciendo con los años. En consecuencia, un músculo pequeño se sobrecargará más fácilmente.
  • Condiciones de salud: Padecer de algunas enfermedades, sobre todo aquellas que son de carácter degenerativo pueden desencadenar calambres. Entre las enfermedades asociadas se encuentran la diabetes, la deficiencia hepática y el hipertiroidismo.

Mala condición física: Otra de las razones puede ser la falta de ejercicios. El sedentarismo o permanecer sentado la mayor parte del día tendrá su influencia. Igualmente, ausentarse de la actividad física por largos períodos también será determinante.