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Qué tienen en común las siguientes expresiones: codo de arquero, codo de tenista, codo de tirador, codo de cocinero y codo de carpintero. Son diferentes nombres que recibe la epicondilitis, una lesión que suele afectar esa parte del brazo. Si bien está asociada a la práctica deportiva, también puede ocurrir por diversas actividades.

En palabras sencillas, la epicondilitis o codo de tenista es la inflamación del epicóndilo lateral, uno de los tendones que facilitan extender el antebrazo y que forma parte de la estructura que permite enderezar la extremidad. Por tratarse de una lesión deportiva frecuente conviene saber cómo prevenirla.

Indice de contenido

Síntomas del codo de tenista

El codo de tenista produce dolor localizado en la zona externa del codo, aunque en ocasiones puede irradiarse hasta la muñeca o el antebrazo. El dolor se intensifica cuando se estiran los músculos extensores y, sobre todo, al palpar sobre la parte lateral exterior de la articulación. Además de desagradable, el dolor es discapacitante.

Las personas que sufren epicondilitis, a menudo se les dificulta realizar actividades cotidianas como girar el pomo de la puerta, cargar objetos o simplemente sujetar cosas. Este tipo de lesión puede incluso afectar la carrera deportiva de quien desea desarrollar sus habilidades en el tenis en cualquiera de las universidades de Estados Unidos.

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En todo caso, lo mejor es evitar una lesión en esta parte esencial del brazo. Por ello es necesario conocer qué origina el problema, cómo prevenirlo, así como el tratamiento más eficaz disponible. Alcanzar el éxito como deportista de élite depende mucho de la condición física y el rendimiento del atleta.

Qué causa la epicondilitis

Esta lesión se origina como resultado de un movimiento repetitivo de los músculos del antebrazo y no como consecuencia de un suceso traumático, aunque en ocasiones puede incidir en su desarrollo. En el caso de un tenista, la lesión se presenta más por una técnica deficiente que por la cantidad de golpes que ejecuta durante un partido.

Lo mismo ocurre con otras actividades que comportan un movimiento repetitivo potencialmente lesivo, como los que realizan los pintores, los carniceros, los carpinteros e incluso quienes utilizan con frecuencia el mouse del ordenador. En cualquier caso, la contracción constante de los músculos del antebrazo origina codo de tenista o inflamación del tendón epicóndilo.

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Tratamiento para el codo de tenista

El tratamiento más eficaz indica crioterapia y reposo cuando aparecen los primeros síntomas de dolor. Sin embargo, lo único que garantiza resultados favorables es acudir a un médico especialista para un diagnóstico acertado. Realizar ciertos ejercicios para el codo también ayuda mucho a fortalecer y recuperar la zona afectada, pero siempre con moderación.

Desde luego, deben ser ejercicios que ayuden a estirar los músculos extensores y flexores de la muñeca, actividades que favorezcan la amplitud del movimiento articular o aumenten la capacidad prensil y, por supuesto, trabajos que mejoren la extensión y flexión del codo.

Una tarea más importante, una vez finalizado el tratamiento de recuperación, es evitar que la epicondilitis vuelva a aparecer. Por eso es imprescindible corregir malos hábitos posturales y gestuales, reduciendo al máximo el tiempo invertido en cualquier actividad que ocasione dolor y que pueda derivar en una nueva lesión.

Cómo prevenir una lesión por codo de tenista

Sin duda, la prevención es la forma más eficaz de evitar el codo de tenista. ¿Qué precauciones se deben tener en cuenta? Es posible reducir el riesgo siguiendo las siguientes recomendaciones:

  • Calentar adecuadamente es una medida primordial para evitar cualquier lesión al practicar deporte.
  • Es fundamental realizar estiramientos antes de realizar ejercicios u otras actividades de impacto para aumentar la flexibilidad en la musculatura del antebrazo.
  • Es necesario descansar lo suficiente para recuperarse bien de los entrenamientos.
  • Es esencial fortalecer hombros, espalda y músculos de brazos para aportar mayor estabilidad y evitar  dañar a las articulaciones.
  • El tenista, en particular, debe mejorar cualquier deficiencia relacionada con la técnica del juego.
  • Si aún siguiendo todas las precauciones anteriores surge dolor en el codo, lo ideal es aplicar hielo para disminuir la inflamación que pudiera aparecer en la zona afectada.
  • Si el dolor no disminuye, es preferible dejar de realizar la actividad física de inmediato. Insistir en ello puede ocasionar inactividad por mucho tiempo debido a una lesión severa.

La buena noticia es que existe la posibilidad de recuperarse de epicondilitis sin recurrir a cirugía en un año, o en un plazo menor. Pero si después de varios meses de tratamiento preventivo terapéutico la lesión no mejora, habrá que recurrir al procedimiento quirúrgico laparoscópico, una intervención sencilla que libera en parte la inserción osteológica del tendón. Aun así, es mejor no lesionarse que curarse bien.

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