Los extraordinarios avances de la ciencia en todas sus especialidades le ha permitido a los seres humanos un mayor conocimiento de la naturaleza, del mundo en general y de sí mismo. No podía ser la genética como parte de la Biología la excepción.
Cada vez se sabe mucho más sobre la interrelación entre la genética y la actividad física, y en particular cuando se trata de los llamados atletas de alto rendimiento. Ciertos caracteres hereditarios pueden ser los responsables de la inclinación a practicar un determinado deporte.
Lo que se hereda no se compra
Un viejo refrán español dice que la naturaleza no lo da, Salamanca no lo otorga. Por supuesto que se refiere a las características o dotes que le vienen dadas a las personas por herencia natural de sus padres.
En relación con la actividad física, muchos atletas en formación como los aspirantes a becas deportivas en USA podrían mediante un estudio o la consulta de determinadas páginas web conocer sus destrezas, habilidades y capacidad para tal o cual deporte.
La predisposición genética influye de manera importante en que se tenga más capacidad o talento para desarrollarlo en una determinada disciplina deportiva. Esa influencia puede revelarse en elementos tan importantes como los ritmos cardíacos y respiratorios y el metabolismo de cada individuo.
El caudal de conocimientos obtenidos en torno a las moléculas que actúan en la capacidad física de los seres humanos como parte de ciertos factores hereditarios, ha despertado un enorme interés en las investigaciones de este tipo. La adaptación y cumplimiento satisfactorio de un individuo a cierto tipo de entrenamiento están inscritos en su código genético.
Ejemplos notables de esa predisposición genética para un desempeño deportivo eficiente puede verse en los atletas de algunos países africanos para las carreras de larga distancia y el maratón, o para las carreras de máxima velocidad que tienen corredores del área del Caribe.
En todo deportista como en cualquier ser humano pueden observarse las características físicas que conforman el fenotipo. Pero también existen los llamados caracteres hereditarios presentes en el ADN. Ambos factores son esenciales para un completo conocimiento del cuerpo humano.
El factor hereditario o el ADN implica una notable influencia en las cualidades de tipo físicas que pueden determinar el rendimiento deportivo. De la misma manera los caracteres hereditarios conforman la base de una predisposición para la práctica de uno u otro deporte.
Actualmente se sabe que tener un perfecto genotipo deportivo es solo probable en un caso entre al menos dos decenas de millones, y que los genes pueden ser los responsables de marcar las diferencias en el rendimiento de los deportistas.
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Genética, entrenamiento y rendimiento
En general un atleta sobresaliente es aquel que combina las capacidades y habilidades físicas, la disciplina y el permanente afán de superación. Esa combinación también se debe a la coexistencia y ajustada interrelación de factores físicos, sociales o ambientales, psicológicos y técnicos.
Al obrar de manera recíproca esos factores y ya teniendo al menos bosquejada las características hereditarias presentes en el fenotipo, ha de hacerse énfasis en lo relacionado con el ambiente. Este aspecto incluye la procedencia social, la alimentación, el grado de educación, condiciones del clima y el acondicionamiento físico y el entrenamiento, entre otros.
Gracias a numerosas investigaciones se tiene el caudal de conocimientos que permite centrarse en aquellos rasgos genéticos susceptibles de establecer la diferencia en el rendimiento de un atleta. Algunos de esos rasgos determinantes son la fuerza muscular, los altos niveles de consumo de oxígeno, la presión arterial y el gasto cardíaco, o el volumen de sangre que bombea el corazón en el ejercicio.
Como puede verse, los conocimientos que depara la genética sirven para establecer los resultados positivos o negativos dados por los factores hereditarios. Eso obliga a los mismos atletas y a sus entrenadores a poner en práctica técnicas y rutinas de entrenamiento personalizadas con el propósito de alcanzar la idoneidad en el rendimiento durante las competiciones.
El uso adecuado de la información genética es sumamente importante. De no realizarse de la manera correcta se corre el riesgo de incurrir en esfuerzos innecesarios que además provocarían lesiones. Incluso puede elegirse una opción equivocada en cuanto a la disciplina deportiva seleccionada. No puede forzarse un talento existente a seguir la práctica de un deporte que sea el menos indicado para sí mismo.
En resumidas cuentas, el perfil genético de un individuo suele ofrecer datos relevantes para la vocación deportiva, pero no es determinante. Deben tenerse en cuenta otros aspectos o rasgos de notable influencia en cada individuo, porque la multiplicidad de ellos no siempre permite saber cuál es el de mayor influencia,
Se trata de desarrollar con propiedad y técnicas específicas todos aquellos factores notables que favorezcan a un hombre o a una mujer para un máximo rendimiento en cualquier deporte. De eso y los mejores entrenamientos dependerá el esos logros tan anhelados.
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