Ganando partidos desde clase

Los estadounidenses son exigentes a la hora de ver a quienes les conceden la admisión universitaria, por eso es muy importante tener un buen expediente en el instituto y haber superado los requisitos mínimos que se piden en las pruebas de acceso como el SAT, el ACT o el TOEFL.

Por eso, si nuestro objetivo es conseguir también estudiar en eeuu con una beca deportiva el nivel de exigencia será mayor.

Combinando deporte y estudios

Conseguir la admisión es un paso muy importante, pero solo garantiza que estarás en la universidad el primer semestre. Para mantenerse dentro es necesario mantener un correcto expediente académico para poder seguir haciendo deporte, si las notas académicas bajan se te negará la entrada a los entrenos hasta que recuperes la nota.

Estudio obligatorio para los principiantes

Los estudiantes deportistas cuentan con un departamento de apoyo en el que van a poner todo su empeño en los nuevos alumnos. Estos profesores tienen un papel muy importante en la adaptación de los estudiantes a su nueva vida universitaria. Su forma de actuar es estableciendo unos horarios de estudio obligatorios durante la semana.

Cuando el grupo de apoyo considera que con su aportación no es suficiente pondrán a la disposición del alumno profesores personalizados a él y a la materia.

Estudiante 10 y cómo llegar a serlo

Puedes encontrar libros que te ayudarán a sobrellevar una carrera en Estados Unidos y afrontarla con éxito. En esta tipo de libros se resumen estrategias para mejorar la calidad en vez de enfocarse en la cantidad.

En esta clase de libros encontraremos el mismo consejo que nos decían nuestros padres y profesores, no estudiar el último día, si no hacerlo de forma diaria para no agobiarnos el día anterior al examen.

Fraude académico

Se han dado casos de fraude académico en las universidades, beneficiando de forma ilegal a los alumnos que desean reforzar sus notas impartiendo clases falsas y quedándose con la inversión que iba destinada a las clases.

Uno de estos casos sucedió en la Universidad de Carolina del Norte, en la que durante 18 años se ofrecían clases falsas para aumentar la nota de los jugadores de fútbol americano y de baloncesto entre otros.